lunes, 12 de septiembre de 2022

Abandono

El retrato del altillo devuelve mi mirada cansada

¿de qué me sirve esconder esa sombra?

La extraño. Extraño su rudeza que desconozco,

sueño con su violencia

salivo por su ritmo certero

mas le temo cuando la descubro 


quiero compartir esa penumbra, manchar a los que creen que soy pulcra

y sostener en alto y al unísono

las dos voces que me integran

que son tres


mi espíritu santo coce con su hilo la liminalidad 

dejo de caber en el molde, mis huesos crecen a pesar de que les instruí no disrumpir

fueron, fuimos, ¿fui? muy clara cuando les dije: no se muevan

no importa si me atacan, yo aca me quedo

pero luego grito "¡traición!" cuando los demás avanzan y me dejan.


erupto crisis y calmas

no hubo ataque sino erosión en el tiempo de la piedra seca

vaciándose, extirpando vitalidad desde adentro


cada tanto ese vacío genera caídas y roturas, el molde se deforma

y agradezco el lugar de romperme y dejarme ser bestia, 

de permitirme crecer, incluso de manera deforme

de a ratos exacerbada y desesperada, que me atraviesa la piel

revela mi horrenda cara 

que muestro al sol

dejo de sostener el manto que me tapa

exhalo y cierro 

los ojos en un acto de paz.


Me dejo ir para que las lombrices hagan conmigo 

y hagan de mí, algo nuevo.

Liberar la bestia III

Camino entre dos vacíos, un pie frente al otro

sumo cuidado de no rozar a nada ni a nadie

soy el espacio entre las cosas, imperceptible


Mi acto de rebeldía es huír, dejar, terminar

cortar el hilo, incluso si me da vida

quiero cortar ese hilo ancestral

como un perro me muerdo toda, me desespero por cortar la amarra,

me desangro agitada mientras sigo lastimándome

y lloro, aullido liviano que se apaga como una vela


vomito las tripas que devoré en mi desesperación por soltarme

veo que son mías

me acurruco junto a ellas, aún tibias y las beso

mi hocico manchado de sangre


aprendí a quererme sólo despues de la matanza.

Liberar la bestia II

El aire viciado se hace cada vez más denso
no lo percibo siempre, cada tanto lo recuerdo, cada tanto me toca

húmedo transporta olores que me averguenzan
entonces me quiero escapar de mí misma
me cansa la carga pesada de hacer "bien"
me cansa luchar contra ella
me casa someterme una y otra vez -como para no perder la costumbre de la lucha.-

soy mugrosa, soy pesada y oscura
muerdo y mi saliva es rabiosa
destripo con la mirada cuando quiero destripar con mis dientes 
que van perdiendo filo

soy una bestia alada que no vuela, 
un bicho cuya huella es la que destroza

durante mucho tiempo temí mi violencia
y juzgué mi sed, mis ganas, mis gritos
no valían frente a los demás.

me criaron para cuidar cuando yo sólo quería probar qué se siente romper
y como no me dejaron

me rompí hacia adentro.

Liberar la bestia I

Te cuento mis miserias incansablemente

qué estóica en ese sufrir

no me sacia una vez, 

necesito volver sobre lo mismo, darle vueltas al ovillo 

hasta sentirlo, sentirlo,

que oprima mi garganta

la presión es lenta pero constante

siento que se inflama ante la torción 

se inflama y regurgito

se inflama y vomito

se inflama y lloro lo que no lloré hace 7 días.


Expelo el pantanoso paisaje que guardaba quieto y a salvo dentro mío

putrefacto.

Sus algas mohosas guardadas a fin de proteger al afuera

de mis irracionalidades, mejor guardarlas

asfixiarlas

que se pudran adentro mío antes de que manchen el afuera con su 

honesta mugre.