Y yo aquí equivocándome, deseándote, evitándote, equivocándome, callándote, equivocándome, necesitándote, equivocándome. Y así, todo otra vez. Y volviendo atrás.. las paredes dicen que sucederás y me anhelo resucediendo.
La esencia del mundo es musical. Toda ley es una ley de ritmo, y el ritmo es el amor. He aquí que la divina mañana, virginidad del día, me trae un descubrimiento: el amor es el ritmo. La ciencia del ritmo son las matemáticas; la expresión sensible del amor es la música. La expresión, no su realización; entendámonos.
... no se de quien es, pero me encanta.
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