Aura

Hoy fui a una lectura de Aura y vía metáforas me dijeron cómo estaba hoy yo, y qué cosas necesitaba balancear. Obviamente, surgió la dupla: cabeza-corazón. Y la super preminencia mental que tengo y cómo debo dejarle más lugar a las cosas que siento, a mi esencia interna... El consejo de mi lectora fue pausarme, darme tiempo, no lanzarme a hacer cosas, pero observarme ante ellas, darme tiempo para procesar lo que siento y ver si quiero o no hacer las cosas. Hacerle más caso a las cosas que siento sin permitir que el miedo (las trabas mentales) o la lógica intervenga en mi conexión conmigo. 

Permitirme jugar y divertirme y disfrutar las cosas, volver a reír y reagruparme. Pasé de tener todo hacia adentro, comprimido y secreto a liberarlo todo explosivamente. Casi tan violento que hizo que me descentrara, pasó todo a ser hacia afuera que perdí de vista el adentro: yo. Recobrar mi valor interno sin buscar reconocimiento afuera. Quien me tiene que reconocer como soy, soy yo.  

Me dijeron que mi energía está dispersa en millones de actividades y deseos y que es momento de encararlos de otra forma, desde un lugar sentido y no analizado. Yo estoy entre el arte y la filosofía intentando recolectar ambos en un solo proyecto de vida. Pero en el último tiempo me refugié en la opción intelectual y universitaria.. la que claramente ya tengo más trabajada. Es momento de darle lugar a la que no me pide lógica o análisis sino sentimiento, instinto, creación, intento... 

A la vuelta saliendo del tren escucho un acordeón, con una música envolvente como la de Amelie. instintivamente voy en busca del sonido para ver de dónde proviene, si es real, y pasando toda la gente llego a la fuente. Una chica que tocaba con total soltura, me quedé un rato intentando absorber la imagen de los botones y ese aparatejo que creaba semejante música. Me hizo sonreír despues de una mañana bastante nublada de sonrisas. Me alejo todavía con la música en mis talones y siento que lo único que me falta es un narrador en francés.