Ariel
Tarico, humorista, locutor e
imitador en distintos programas radiales y televisivos, habló de sus
comienzos: “Me inicié en la gráfica porque de
chico quería ser dibujante. Siempre me atrajo la caricatura. El
secreto era dibujar todo el tiempo, jugar todo el tiempo. El
dibujante está todo el tiempo con su agendita. Permanentemente
probar cosas. Eso fue la base para el laburo que inicié después
tanto en la radio, como en el teatro. Me gustaba Gianni Lunadei, por
el villano de comedia. Yo quería llegar a su nivel artístico.
Quizás por eso considero que todo empieza por la admiración y la
copia. El hecho de leer mucho y ver tele variada, son fuentes de
inspiración. En mi familia siempre nos deslumbró el artista
pasional. Lo primero que hago es captar al máximo los tonos de una
persona. Ayuda mucho la lectura, leer distintos autores, ver qué
pensaban las personalidades a imitar en otros momentos de su vida. La
observación es otra arma”.
Sobre
las negativas, explicó: “Creo que son importantes los primeros
“no” en la carrera de uno, porque son los que te marcan, si
superás eso, ya está. Soportar las primeras negativas de tu
familia, si el medio te va a cobijar, si vas a ganar plata, etc…
los sueños te hacen caminar y en el camino se va resolviendo todo”.
En
el 2003 empieza trabajar con Larrea y empieza una carrera con gente
que hizo historia: “Un privilegio fue poder aprender de estos
maestros. Todo se logra a fuerza de voluntad e insistencia. Lo
fundamental es perder la vergüenza, perderle el miedo al ridículo,
más que nada jugar. No tengo una técnica sino que trabajo con lo
que me surge y de ahí lo voy puliendo, eso es lo principal, para la
voz. Después hay técnicas actorales y con la voz, pero lo principal
es jugar y animarse al ridículo. A partir de la voz uno puede crear
un personaje. “La señora de Barrio Norte” es un personaje que
surgió a partir de escuchar a las mujeres que llaman a la radio,
porque están aburridas”.
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