sábado, 25 de octubre de 2014

φίλους

Me di cuenta de que hay amigos para todos, así como hay cosas para todos, gustos para todos...
Yo naturalmente soy una persona contradictoria, soy un bicho solitario que necesita sus momentos consigo y a la vez necesita lógicamente de compartir con los demás, porque nos formamos, crecemos y nos vemos compartiendo espacio con los otros. 

Y durante un tiempo (cosa que viene de toda la vida) me estuve sintiendo medio descolocada en el grupo en el que estoy, no del todo igual a ellos, no del todo adorada, como si no fuera "popular" entre ellos, digamos (por usar una terminología cliché). Y me di cuenta de que es porque no tengo relaciones desarrolladas individualmente con ellos, sino que siempre que nos vemos es en conjunto y los conozco en ese ámbito no del todo íntimo. Por otro lado, con quienes sí tengo encuentros íntimos y más cercanos, tengo mucha más confianza. Con estos últimos, no me agarra inseguridad si no me responden un mensaje, o tengo más confianza de decir cualquier cosa o entrar en actitud "chiste". Con los otros, si quiero decir un chiste, éste viene necesariamente acompañado de un terror a la humillación, como si fueran espectadores por juzgarme. 

Pienso en gente que me cae mal, o gente boba o loser o mala, incluso... y veo que tienen amigos. HAY amigos para todos. Es cuestión de encontrarlos (y no estancarse en la primer persona con la que te chocaste) y de abrirse y vivir cosas, compartirlas. Eso es la amistad, compartir. Y no se puede compartir a menos que se abra la puerta de la vulnerabilidad, a menos que soltemos los miedos por los cuales sostenemos una pared/careta de protección. Muchas veces eso implica enfrentarse (sin ser tan dramático como para romper una relación al mínimo problema) y tener la fuerza necesaria para sostenerse en alto ante la diferencia de opinión, sólo así se marcan los límites entre cada uno y no se perece en la avasallante presencia del otro. 

Nos vendieron la historia de que solo los buenos tienen amigos de verdad, pero no es cierto. Todos los tienen. No existe el "bueno"; ideal que perseguí durante mucho tiempo en busca de la protección prometida por la sociedad. No. El mérito no es ser moralmente bueno sino ser uno mismo y joder todo lo que quiera y reconocer sus partes malas tanto como las buenas. No somos sólo una cara, somos un dado cuyas caras se encuentran en constante cambio, a veces estamos en lugares oscuros, otras veces en lugares geniales o ligeros, pero sin el reconocimiento de cada momento, sin reconocer el presente, no se puede subir la escalera hacia un progreso interno. Y muchos de esos escalones son sociales. Siempre vamos a ser copados en solitario y no dudar de nosotros, la prueba está en serlo en aquél espacio compartido. No es de nadie en particular, así que NO debemos sentirnos alienados de él; cada uno se traza sus límites geográficos en este mapa de países, CADA UNO. Si uno no lo hace, lo conquistan o colonizan. La alienación es voluntaria. 

Mientras uno mantenga confianza en uno, y se quiera y no le haga fácil a los demas el pisotearlo o tratarlo mal o dejarlo de lado, entonces va a prosperar. Que los demás piensen lo que quieran, pero a nunca facilitarles el maltrato, es decir que si el afuera es hostil, el adentro no tiene que serlo. Amarse, ser UNO individuo sin alienarse en el mundo privado, ni caer en el libertinaje de vivir para el mundo externo.

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