martes, 9 de junio de 2015

Take me down to the Vatican City where the grass is green and the girls are pretty..

Hola, he vuelto. Muchas cosas en el aire, muchas cosas dandome vuelta en la cabeza estos días pero al cabo de dos segundos ya desaparecen y no estoy tan activamente desesperada como para anotarlas (yo, hace 5 años). Pero siguen apareciendo entonces sé que en el fondo están.

Es un tema tan agotado pero no puedo evitarlo, recien leí de vuelta sobre cómo la iglesia no acepta a los homosexuales y me pregunto, mayormente por ignorancia, ¿qué significa eso? ¿Que no aceptan su existencia, que son personas confundidas, que no tienen los mismos derechos, que tendrían el ingreso a una iglesia prohibido, que simplemente están en contra... ? Siendo algo que no afecta tu forma de ser, tu ética, es meramente una inclinación, un deseo... un "a mi me gusta la menta granizada, uy no, a mi el limón", no termino de entender cuál estaría siendo el sustento en contra. ¿Porqué rechazarlos? y ¿qué tanta fuerza/derecho tiene una institución religiosa como para decir que esas personas están equivocadas -especialmente cuando no hacen mal a NADIE-? Ya otro día me pondré a pensar sobre el matrimonio gay y la crianza de hijos, quizás deberíamos hacer un experimento a-lo-Segismundo en su torre. 

Me resulta chocante pensar que una religión, en teoría es abierta, es el amor hacia una creencia, una religión no rechaza "súbditos (?)", los bendice, y ella cuida de todos, ella busca ser un contenedor para todos aquellos que necesiten el calor y la protección (con variantes específicas en tanto a creencias que es lo que básicamente difiere una religión de otra). Entonces, lo que me sorprende es pensar que hay una religión ahí afuera que dice: vos no podes entrar, vos no sos bienvenido, a vos no te recibo en mis brazos... Me suena a una contradicción espeluznante. Cómo la Católica rechaza a los gays, cómo alguna otra rechaza a las mujeres, etc...

Lo que tambien me resulta espeluznante es cómo, con el cambio de una persona electa para de repente representar la cara mayor de una institución que le precede y controla, la gente está tan sujeta a creer todo lo que dice esta persona. O que si el anterior Papa decía algo y éste decía algo contrario, de repente el mundo de una persona se le cae abajo; ¿porqué? Porque no cree por su cuenta, adoptó la muleta de una religión para que le diga qué hacer; cuando una religión está ahí para guiar y contener, más no para direccionar una vida entera.

Creo que a veces las personas se dejan engañar -por otros o por sí mismos- al respecto de los roles que puedan cumplir sus semejantes, sus amores, sí mismos o incluso, sus creencias. A veces le atribuímos a determinadas personas roles que en realidad no les corresponden, muchas veces por temor a hacernos cargo de nuestra propia vida, por soltar y aflojar los miedos y ante la desconfianza del mundo exterior, confiar un poquito más en nosotros.

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