-No dejes de vivir, cuando las cosas se ponen
mal.
-Pero es mi primer impulso para calmar el dolor,
para detenerlo. No quiero hacer nada, no quiero ver a nadie. Quiero perderme
en…
-Es un falso medicamento. Es morfina que engaña y
adormece, que termina de cerrar las puertas hacia la cura, que te promete
liberación y te deja adentro.
-Híper ventilación, llanto esperando en la
cornisa para saltar... y volver a saltar, y hacerlo de nuevo. No quiero detener
mi vida cada vez que me deprimio, quiero seguir viviendo...
-¿Sentir en exceso es dejar de vivir o es vivir
más intensamente, más conciente?
-(...) Cuando estoy cómoda es que no vivo. Las
explosiones de sufrimiento me sacan de eso, sentimiento que fue puesto en
espera. Una depresión en mi es signo de que en algún momento dejé de respirar
sin saberlo, es el retorno.
Ahora el aire vuelve a entrar a mis pulmones,
frío y seco, carraspeando las vías abandonadas. Toso y pienso: qué incómodo. No pienso: reviví.
Mi droga, mi morfina que me mantuvo plácidamente
dormida durante cien años ahora abandona mi sistema y me duele dejarla. Siento
como me araña para permanecer conmigo. Lucho contra ella porque sé que su
efecto es ficticio; que mientras siga en mi, vivo un sueño voluntario, un bello
encierro. Es como comer y comer y nunca saciar mi estómago aburrido.
-Ya. Abriste los ojos pero tu cuerpo todavía no
responde, no se mueve. Las lágrimas arden encerradas en el hueco de los ojos
que se mueven exaltados, es que han chocado contra el aire por primera vez en
mucho tiempo. Resistí el frasco a tu lado, tenés que despertarte.
-¿Podré alguna vez disfrutar algo sin caer en
aquél vacío de nada, sin apagar mis luces, sin acomodarme y dejar que la
morfina viva por mi? No sé como se vive. Nadie nunca me dijo, ¿porqué busco la
muerte en vida? Qué vulgar, ni siquiera elegir, sino, tender a la comodidad. Temo mi propio automatismo que consume
todo lo que tengo para mantenerse. Es estéril. No produce nada, gasta. Y cuando
no hay más combustible me atraganto y siento la espina que por unos segundos
hace que vea. Me saca del sueño: Estoy conectada, postrada en una cama. Fue
mentira. Pensé que estaba respirando de en serio, pensé que esa persona era
yo. Naturalicé mi mentira, mi infelicidad. Pensé que me estaba saciando,
que estaba despierta.
-Pero entonces,... ahora te das cuenta que no
sentías nada, no llegaste a sentir nada porque sabías que nada podía pasarte,
si ya estabas muerta."
- Aura Serafina
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