“Lo más importante es que la identidad de las mujeres debe
apoyarse en la premisa de nuestra belleza, de modo que nos mantendremos siempre
vulnerables a la aprobación ajena, dejando esxpuesto a la intemperie ese órgano
vital tan sensible que es el amor propio (…) nos dicen una y otra vez que
nuestra única función es la de resultar atractivas y deseables ante los ojos
ajenos. Nos sentimos inseguras porque nos quieren inseguras. Y mientras sigamos
aceptando la mentira de que nuestro
valor reside en nuestra belleza lo seguiremos estando.”
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