De repente me agarró bajonitis por sentir que en mi "grupo" de amigos soy un tanto irrelevante o no muy querida o no tengo graandes amistades con alguno.. y me agarra inseguridad, de no ser querida. Pero me doy cuenta de que es un graaan proceso mental el de plantearme esto, un gran producto mío, manufacturado que hace que yo no me vea con valor y entonces proyecto mi desamor en los demás y no me imagino cómo alguien podría quererme...
Mi inseguridad hace que me retraiga, que no me entregue o exponga.. y sin exposición no hay amistad. Entonces, mi planteo acá no es, miedo de que mis amigos no me quieran realmente, sino miedo a permanecerme en la entrada de mi casa por siempre mirando el mundo y no animarme a salir a jugar.
Mi analogía eteeeeeeerna de la vida es: no dejo a nadie pasar del porch, los dejo en la entrada de mi casa y nadie nunca entra... Pero tb me di cuenta que es a la inversa: yo no salgo a jugar, yo no me expongo.. Cuando hacía teatro era puuuuuro sufrimiento, puuuuuura exposición, me hacía tan bien y a la vez lo padecía tanto. Pero creo q si no salgo, aunque sea de a poco, no la voy a pasar bien.
Quiero reírme de mi misma con mis amigos, reírme con ellos libre, ligera, no sintiendo que mi amor propio SIEMPRE viene de afuera (como cuando estaba de novia o simbiótica con mi vieja); que dependo de lo que ellos piensen de mi, porque si es así siempre voy a estar pendiente de mi, censurada o no, pero torturada. Es como el adicto que necesita su droga, su morfina, eso que le diga que vale y que es suficiente como persona y que se merece ser feliz o disfrutar o hacer lo que le gusta. No estoy sola, evidentemente hay mucha gente con estos mambos, solo que me gustaría salirme de esa masa y ser un YO, con amor PROPIO.. supongo que todo se construye.
Me quieran o no, siempre voy a dudarlo y tirarme abajo y convencerme de que no valgo a menos que YO me quiera por lo que soy y me permita las cosas que me merezco y que deseo..
Me quieran o no, siempre voy a dudarlo y tirarme abajo y convencerme de que no valgo a menos que YO me quiera por lo que soy y me permita las cosas que me merezco y que deseo..
A veces por ahí hay que soltar todos estos colgajos teóricos y tentarte,
permitirte reír y olvidarte de ese fantasma que juzga. Disfrutar por disfrutar
y no pensar en nada más. Un orgasmo vivencial.
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