y una caja es mi cuerpo donde el dolor no cesa.
Adentro mío;
Escarba hoy en tu mano tratando de
ubicarte en la cima.
Vamos...adelante.
Que suba lo que crece.
Lo que se fue se vaya.
Aqui voy yo.
Oíd, oíd, que hermoso ría que suena en tí
llamando, humano, humano, humano...
El pensamiento corre,
el cuerpo baila.
Los ojos iluminan.
La voz llega y escapa.
Idiota perdido aquel que no se reconozca en un
odio insensato.
Que imbécil no verá su pasión mas
desjuiciada.
Tanto he dormido en el azul barro del
invierno como he vuelto desde la blanca luz
de los ciegos del mundo desierto
entre cactus, reptiles y minerales.
Mi joven realidad ya no se busca
en los reflejos de un espejo astillado.
Las artes para siempre,
las musas sin cadenas.
Huelo, como vino, juego.
Me recuesto cara al cielo.
y mi reposo goza en la paz de cada origen.
Buen día, dia.
Adiós barcos anclados sobre torrentosas aguas.
Adiós espejos astillados.
No nosotros, regocijo del rocío
sobre narices esplendidas.
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