jueves, 4 de septiembre de 2014

Sexos

Estaba viendo fotos de parejas gay y me di cuenta que son todas parecidas, literalmente son personas muy similares que se juntan, del mismo sexo, es como si quisieran estar consigo mismos. Y después pienso en personas heterosexuales que sienten completo rechazo por gente del mismo sexo (que son, digamos como sus espejos). ¿Porqué es eso? ¿Sentimos rechazo hacia nosotros mismos para tener semejante aversión contra el mismo cuerpo? ¿O será que la sociedad se esmeró a sobremanera para que cumplamos con los rituales religiosos "morales" esperados? Yo se que ni en pedo me quiero acercar a una vagina ajena, me daría asco; a un pibe hetero seguro le pasa lo mismo. Incluso, no tiene que ser un órgano sexual ajeno, a muchas de las personas que conozco no les parecen lindos sus penes o vaginas. Como si más allá del provecho que podemos sacarles, no les tenemos ningún tipo de amor. 




Siento que hay dos grandes opuestos en los ideales de pareja: el que busca a uno igual a sí, por egocentrismo o para sentirse reafirmado (gay); y el que busca a alguien opuesto (no solo sexualmente, sino los que buscan personas como las que que les gustaría ser), como si uno mismo no fuera suficiente entonces busca completarse con lo que no tienen (hetero). En esto de completarse no hablo de ningua suerte de "envidia al pene" como sugería Freud, porque eso es increíblemente macho-centrista.. si la mujer busca al hombre porque le envidia el pene, entonces el hombre porqué busca a la mujer, ¿eh, genio? Simplemente quiero resaltar estos dos grandes patrones que veo alrededor mío, de a ratos desde una perspectiva un tanto teórica porque si bien soy muy afín a los sentimientos hacia ambos sexos, no creo ser lesbiana, entonces no puedo hablar sobre lo que se siente serlo. Simplemente puedo hablar como un observador un tanto involucrado en el tema, explorando cosas que pareciera que muchas personas dan por sentado, aceptan y siguen de largo. 

Me llama mucho la atención estos dos tipos de vínculos que mencioné. No veo que ninguno de los dos sea muy fructífero o sano. ¿Hay amor sano? Creo que es un ideal. Todo está fundamentado por otras cosas, historias, sentimientos, necesidades, carencias... eso no lo hace menos perfecto, sólo que tenemos metidos el chip del "ideal puro de amor", automáticamente asesinando cualquier posibilidad de "amor real" que no puede ni acercarse a esa figura tipo dios-del-Olimpo inalcanzable. 
Por un lado está la aversión al propio sexo, al yo mismo, la insatisfacción... Por el otro está el deseo del igual, de encontrarse a uno del otro lado. Ambos obviamente tienen carencias porque ese es el motor de la vida, la carencia genera el deseo y el deseo movimiento... sino seríamos todos potus. ¿Cual de los dos es mejor, hay alguno negativo, hay alguna tercer alternativa o postura frente a la vida? Porque no todo tiene que responderse por medio de la sexualidad (estoy generalizando por los casos reiterados que veo de ambos sexos) sino, por medio de la mentalidad. ¿Qué tipo de mentalidad es preferible? ¿Tiene sentido buscar esto, o bah, cuestionarse esto (porque uno no puede elegir a la carta la sexualidad que prefiere hoy o mañana, es algo que se da en cada uno)? Si no hay ideales entonces no debería haber una forma "correcta" de hacer las cosas, quizás a lo sumo, una forma "más efectiva".

¿Es al pedo estarme haciendo estas preguntas? Es sencillamente inevitable, especialmente cuando veo tantas particularidades, tantos grupetes, infinitos, de divisiones sexuales, mentales, psicológicas. Intento darle sentido a todo esto. 

1 comentario:

  1. Si me dejaras, editamos un ebook con tus entradas y nos hacemos millonarias. Yo también, ejem

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