domingo, 22 de mayo de 2016

Represión

Leyendo sobre Guyo Sember me encontré con esto: 

"En la formación docente en educación física en los años '70 predominaba un modelo elitista, autoritario, rígido, reglamentarista, y aparecían las huellas del origen militarista de la carrera: formaciones, uniforme, y prácticas de sometimiento a través del 'bautismo' a los ingresantes. Los programas de la carrera se basaban en estereotipos de género -danza sólo para mujeres; el turno noche estaba reservado para hombres- y los cursos no eran mixtos. Salvo algunas excepciones, los docentes brindaban muy poco margen para el debate y la participación activa. Predominaban las prácticas reproductivas y enciclopedistas -como la mayoría de las instituciones educativas de la época- con una sobrevaloración de los procedimientos (técnicas) por sobre la reflexión y la creatividad."1

Qué extraño que siempre que hay algún poder violento externo que intenta dominar un contexto, lo hace refugiado a través de las normas y reglas, que siempre tienen aquella sombra de lo correcto/ lo moral subyacente... cuando en realidad, simplemente son normas recopilativas, generalizadoras que castran el individualismo a favor de una identidad de grupo, cuya principal característica en contraposición con la anterior, es que, la identidad de grupo puede forjarse y controlarse artificialmente, y por ello, se presta a ser atado a los hilos de una mano dominante. 

Pensé en todas las dictaduras que han habido, el surgimiento Nazi, en los usos y abusos de las religiones, y sin ir muy lejos en un ejemplo tan real como ficticio: Harry Potter... en tiempos en que el Ministerio de magia intenta controlar a los opositores, los que ven la nube negra que se acerca. Llena de reglas al colegio, deja en claro los polos "esta persona está bien, ésta no", y lo más significativo de todo es que corta los recursos de la educación. 

Quemar libros, prohibir libros, censurar libros... 

Me divierte que los opresores se la agarren con un libro, algo que alguien escribió, ficción, opinión, ciencia, historia... Es en situaciones extremas como las que mencioné antes en que se ve cuales son los hilos reales que orquestan nuestra idiosincracia, nuestros valores, nuestro futuro. Los libros. El pedazo de una época que alguien deja para la siguiente. Es el aprendizaje indirecto de nuestros predecesores. Esto es lógico y sin embargo siempre que pienso en aquellos tiempos en que los Nazis hacían pilones de libros y los quemaban, yo pensaba: pero la gente sabe, por más que se maten los libros, la gente por su cuenta es capaz de racionalizar, ¿qué tanto influiría quemar una obra o texto? ... pero después pienso: no es UN volúmen, sino que son TODOS los volúmenes de un libro. Lo hacen desaparecer. Es una lección menos para la posteridad, para la actualidad. Es la forma más explícita de callar voces, es la metáfora de lo que se le hace al pueblo "estoy quemando este libro pero en realidad es una advertencia de lo que te puede pasar si hablás de más". Quizás sean libros que no relaten más que amores o pesares ficcionales... pero aún así son... voces. 

"Era un lector inquieto, muy informado e interesado en las problemáticas de la época. Cuestionador de los modelos tradicionales y orientados hacia el rendimiento, intentó convertir en contenido pedagógico aquellas experiencias que había vivenciado en el deporte recreativo, social y comunitario en el Ateneo de Lomas y en otras instituciones...     Su compromiso y su militancia lo llevó a ser uno de los líderes del Centro de Estudiantes en una lista combativa que intentó resistir la decisión de Perón y cuestionaba abiertamente las posiciones conciliadoras, ya que para él se avasallaba el derecho a estudiar dignamente y la medida atentaba directamente contra la calidad educativa de la formación docente. Participó activamente en las clases públicas, asambleas y marchas que se hicieron a la Plaza de Mayo para protestar contra esta injustificada e irracional medida.
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