jueves, 22 de mayo de 2014

¿Rezarle a qué?

Yo creo en el poder del pensamiento, de las esencias y magnetismos que nos rodean, que emitimos, que nos cargan. Somos como radiadores, exhortamos, recibimos y todo por medio de las emociones y el pensamiento. Hoy estaba pensando en la gente que reza.. que le reza "a algo" y lo hacen esperando ayuda y salvación exterior a ellos; cuando en realidad, el acto de rezar, de llenarse de esperanza y buenos sentimientos (no solo es un medio, sino que) es un resultado en sí mismo. Un resultado cuyo progenitor es la misma persona que lo realiza. Tenemos en nosotros mismos el poder de sanar o mejorar aunque sea la mentalidad y se lo atribuimos a entidades externas en busca del abrazo protector como de un padre. Creo que la religión sirve en tanto simplifica la fe, ayuda tener lugares puntuales donde ponerla, pero por otro lado hay quienes se achanchan y la usan de deus ex machina. Un fanático religioso es un niño con miedo, que no confía en el universo ni en sí mismo, que necesita apoyarse en otro para ser. No hay nada de malo en apoyarse, pero sí lo hay en ser ciego y en desear estar amputado para poder sostenerse de otro. 

Yo creo en la naturaleza, en el universo, en las leyes y causalidades que nos rodean y sobrepasan, en la historia, en que no siempre hubo seres humanos, en la convivencia con los otros seres vivos, en la magnitud sin precedentes del universo, en las estrellas y astros que no necesitan de nadie más.. Creo en el bien, creo en el amor. Creo en los mensajes más que en los mensajeros, pero reconozco que a veces, el mensajero provee apoyo invaluable. Pero es un sistema y nosotros somos parte de él, no funciona nada sin una parte y una parte no funciona por su cuenta. Entonces, si somos parte del sistema, también podemos ser parte de las causas finales; lo podemos agitar desde adentro para lograr cosas que otros atribuyen a un ser separado y por encima de ellos, en algún lugar muy lejano rodeado de arpas. 

Yo creo en una suerte de Dios, lo creo en tanto el mensaje y no como un ser puntual merecedor de nombre. Creo que cuando dicen que Dios está en todas partes, en realidad es que "ese mensaje" ES todo, no es algo de afuera que se posa sobre las cosas. Creo que todas las cosas malas pasan por una razón, creo que venimos para aprender porque nadie nace sabiendo cómo ser. No se, poner todo afuera, nos saca responsabilidad y nos saca participación. Pero más que nada, hace que perdamos conciencia de lo que hay, de esas maravillas que nos rodean, de que no somos el centro del universo. Creo que poner la fe y el deseo en un personaje ajeno hace que nos olvidemos de querer y valorar esas cosas. 

Todo se explica con la lluvia, ella sucede cuando los climas lo piden, pero su pureza depende de cómo tratemos el mundo. Si contaminamos el ambiente, el agua va a salir contaminada, porque es parte de un sistema, se condensan las aguas; es un ciclo. No tiene sentido pedir lluvias o quejarse de su falta, exceso o contaminación con alguien más, cuando la llave para lo que necesitamos la tenemos nosotros. A eso me refiero con el ciclo, el sistema: formamos parte de él mas no somos la única ni más importante. Supongo que no quiero olvidar este lugar clave que poseemos, ni perder conciencia de nuestro poder e influencia para bien o mal sobre nosotros y sobre el entorno. Como diría Philip Pullman, en algún momento hay que hacer desaparecer a los padres en la historia para que el chico salga al mundo y se equivoque y crezca. 

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