martes, 8 de enero de 2013

About love and Heartache

Qué optimista que es el amor. Nunca entendí porque algo tan bello tendría que doler tanto hasta que entendí que el querer es diferente al ser. Un amor desea ser perfecto, desea que sus dos actores encuentren el balance entre ellos y la frecuencia perfecta entre la oscilación de sus formas. El amor duele porque hay y deben haber choques que marquen y renueven los bordes de cada uno y cada uno con el otro. Nada se ajusta indefiniblemente. Duele porque siempre hay algo que se desconoce, hay un ser que se nos aleja y se nos acerca sin poder controlarlo. Es toda otra persona de la cual depende la mitad de nuestra felicidad. Es una apuesta muy grande de hacer.

El amor no se tiene, es un juego constante de supervivencia, de mantener vivo y a la vez disfrutar. Ese es ek desafío. Manejar las reglas de un juego que nunca es el mismo repleto de sutilezas y proporciones y espacios y silencios y risas y choques; de insinuaciones, de verdades, de sombras, de hacerse valer y no entregar todo, de qué tanto se abre la puerta, de confianza, de amor, de amor propio...

Es curioso... yo hablo de amor supongo que para simplificar, pero sé que es algo que hasta ahora nunca experimenté. No se si lo haré. Supongo que empieza hacia uno primero. Sospecho que es precisamente una herida abierta, es el riesgo, es un acto: la valentía de amar y dejarse amar. Supongo...

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