martes, 8 de enero de 2013

Requiem de un amor de no enamorados

Me di cuenta que hace algún tiempo estoy desganada, como quien escala una montaña durante horas y ya no le queda agua y tiene todo el peso de su mochila encima y el paisaje ya perdió la belleza que inicialmente incitó a su exploración. 

Estuve callada durante bastante tiempo tambien, estúpidamente. ¿Porqué estúpidamente? A veces hay razones prudentes para callar. Pero no, ese no suele ser el caso conmigo, callar debería ser condenable a algún tipo de castigo medieval en mi caso. ¿Porqué callada? Por miedo a perder algo bueno. Pero una vez que se comienza a preservar y cuidar algo, este inicia su autodestrucción porque nada es preservable, todo cambia, e intentar mantener algo en un momento de una forma y alo mata. 

También logré darme maña para tirarme abajo, para verme débil y criticarme y no ser lo suficiente ni merecer cosas valiosas ni darme valor a mi, ni quejarme ni exigir lo debido. Porquería de situación cuando la batalla es interna y no hay forma de escaparle. Supongo que esta tambien fue causada por miedo. Pero llega un momento en que este deja de ser un mal a padecer y se vuelve un escudo tras el cual esconderse. Nunca me pude pelear con vos, a veces llegué casi casi, pero nunca lo logré porque no me veía apta para exigirte nada. Eso es poco amor propio. Pienso que si me hubiera enojado en el momento debido quizas...

La verdad es que sí, estoy mejor porque veniamos sosteniendo un peso de algo que ya no se movía por su cuenta, y más aún, me culpaba a mí misma por ello. El porqué no es importante en este momento, hay veces que no importan las causas o las razones científicas; y es preferible, simplemente abandonar la lupa de detective y sentir y hacer caso a eso. 

Se que en parte fuiste vos y en parte fui yo. Dejamos de ser actores en nuestra relación y nos convertimos en espectadores aburridos viendo episodios repetidos. Ya no prestabamos atención a la historia o a los personajes. Nos perdimos en la contradicción de querer (lograrlo) demasiado y no lo suficiente (como para hacerlo). Eramos un deseo, quizas. Nuestra propia utopía. Los dos salidos de experiencias feas, nos encontramos y quisimos, deseamos, aspiramos pero quizas hoy no era nuestro día y esa no era nuestra forma. Lo que sí encontramos fue sincero cariño y eso quizas, valió por todo. Pero quedó la tristeza de no concretar nuestro deseo, de no ir a donde quisimos o ver las peliculas o ser juntos quienes quisimos. Me quedaron tantas ganas de aprovecharte, lindo.

La extrema flexibilidad fue tambien, un problema. En mi. Permitir con excesiva soltura la personalidad, los gustos, opiniones y predominancia general de la otra persona por sobre mí. Una desproporción en nuestros caudales, uno muy abierto otro muy cerrado, mucha y muy poca presión. Ahí caimos. Un poco de todo, pero tambien un poco de esto. Yo dejé de ser yo, perdi un poco mis convicciones y opiniones por querer mimar las tuyas. Cada uno tiene su causa, hay que seguirla y nunca desvalorizarla.

Pienso en los lindos momentos, en nuestro último día juntos, en cómo estuvimos uno para el otro en los peores de momentos, en nuestro encuentro primero ese día de tanto calor que terminó en manos pegajosas y las hormigas dandose un festín con los restos de mi helado. Los dos fuimos un globo de esperanza. Ninguno sabía como poner su corazón ahí afuera ni cómo hacerlo funcionar, pero supimos acompañarnos y querernos como dos almas que se necesitaban. Nuestra sintonía no era la ideal o quizas no supimos encontrar la señal, pero algo hubo, algo fuerte. Tu boca gatuna, tus ojos llenos, hubiera querido el ultimo beso que fuera el primero y tu olor -seamos sinceros, no tan rico pero- tan increíblemente deseado se mantuviera un minuto más en mi. Recuerdo tu sonrisa enorme en nuestro encuentro luego de serenatearnos con el jazz de Joss, esa sonrisa que algun día espero volver a encontrar acercándose hacia mi. 

Me da lástima pensar que en la vida aprendes de las experiencias. Que son para aprender y no para meramente disfrutar o permanecer en ellas. Me da lástima que hayas tenido que ser un escalón, que pasamos cosas tan lindas y te quise tanto y vos a mi. No se si bastarán esos días que le dediqué a la lluvia emocional para no extrañarte o pensarte. No se qué fuiste, no se qué fuimos. Me perdí un poco en tu inmensidad y me alegro de tener la oportunidad de reencontrar y hacer valer la mía. Me da lástima nomás, no haberlo sabido hacer junto a vos. Por un momento te imaginé como mi Big, reencontrandonos en otros tiempos y otros lugares para hayar nuestra combinación perfecta. Quien sabe. Abriste para mi literalmente un mundo nuevo, y me alegra que hayas sido vos mi guía así como yo fui la tuya. Tan iguales pero tan increíblemente diferentes, te quiero mucho Ormaechea. Todavía no puedo hablar sobre vos sin llorar pero tengo muchas muchas ganas de que encuentres a alguien que te haga reír y que yo encuentre alguien que me haga reír y algún día nos podamos encontrar, abrazar y cantar juntos mientras tocás la guitarra.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario