sábado, 15 de junio de 2013

"La costumbre del paciente"- Aura Serafina

-No dejes de vivir, cuando las cosas se ponen mal. 
-Pero es mi primer impulso para calmar el dolor, para detenerlo. No quiero hacer nada, no quiero ver a nadie. Quiero perderme en…
-Es un falso medicamento. Es morfina que engaña y adormece, que termina de cerrar las puertas hacia la cura, que te promete liberación y te deja adentro. 
-Híper ventilación, llanto esperando en la cornisa para saltar... y volver a saltar, y hacerlo de nuevo. No quiero detener mi vida cada vez que me deprimio, quiero seguir viviendo... 
-¿Sentir en exceso es dejar de vivir o es vivir más intensamente, más conciente?
-(...) Cuando estoy cómoda es que no vivo. Las explosiones de sufrimiento me sacan de eso, sentimiento que fue puesto en espera. Una depresión en mi es signo de que en algún momento dejé de respirar sin saberlo, es el retorno.
Ahora el aire vuelve a entrar a mis pulmones, frío y seco, carraspeando las vías abandonadas. Toso y pienso: qué incómodo. No pienso: reviví.
Mi droga, mi morfina que me mantuvo plácidamente dormida durante cien años ahora abandona mi sistema y me duele dejarla. Siento como me araña para permanecer conmigo. Lucho contra ella porque sé que su efecto es ficticio; que mientras siga en mi, vivo un sueño voluntario, un bello encierro. Es como comer y comer y nunca saciar mi estómago aburrido.
-Ya. Abriste los ojos pero tu cuerpo todavía no responde, no se mueve. Las lágrimas arden encerradas en el hueco de los ojos que se mueven exaltados, es que han chocado contra el aire por primera vez en mucho tiempo. Resistí el frasco a tu lado, tenés que despertarte. 
-¿Podré alguna vez disfrutar algo sin caer en aquél vacío de nada, sin apagar mis luces, sin acomodarme y dejar que la morfina viva por mi? No sé como se vive. Nadie nunca me dijo, ¿porqué busco la muerte en vida? Qué vulgar, ni siquiera elegir, sino, tender a la comodidad. Temo mi propio automatismo que consume todo lo que tengo para mantenerse. Es estéril. No produce nada, gasta. Y cuando no hay más combustible me atraganto y siento la espina que por unos segundos hace que vea. Me saca del sueño: Estoy conectada, postrada en una cama. Fue mentira. Pensé que estaba respirando de en serio, pensé que esa persona era yo. Naturalicé mi mentira, mi infelicidad. Pensé que me estaba saciando, que estaba despierta.
-Pero entonces,... ahora te das cuenta que no sentías nada, no llegaste a sentir nada porque sabías que nada podía pasarte, si ya estabas muerta."

- Aura Serafina

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