Despuente

Es la hora de comer y procuro evitar tu mirada ya que me produce nauseas. Escucho tus palabras lastimeras y me da ganas de levantarme y tirar el plato a la mierda. Contengo esa energia que nunca se pone en uso, el día que lo haga voy a salir propulsada hasta la estratosfera. Te odio. Detesto tu poder, tu autoritarismo, tu mala praxis materna. Quería comer sola, que me dejaras en paz, pero la culpa te mueve y te me sentas en frente para reconfortar tus malos sentidos. El cordón ya fue arrancado... por vos y luego por mi, ya no hay forma de recomponerlo. No te gastes..., no, me equivoco, ni lo haces. Conversación que tiene que ser arrastrada como un bote en medio de un río seco, miradas que no se cruzan por nada. Sos ciega, sorda y muda, y para colmo tenes un alzheimer de la gran siete. Sos lo que te hicieron, sos lo que elegiste ser, sos lo que te dejaste ser. Te miro y me repelo. Es imposible que algun dia pueda mirarte de otra forma.

Me levanto para terminar con esta presión asquerosa sobre mi pecho inestable y me frenás: Una ultima orden para el camino, a ver si me dan ganas mas tarde. -Si no me dejo someter puedo contar con tus cadenas. -Te respondo, te castigo de la mejor manera que me sale, con la cara. Las palabras no sirven con vos, pero no hace falta que te diga nada si puedo dejarte con esa sombra enrojecida, mirada que puede matar si es provocada. 

Tu otro extremo llama, atendelo nomas, ya peor que esto no me podes dejar. Mi intestino esta en guerra y sufre esa comida que resulto' tan amarga, que lucha por salir de mi sistema, por retomar su camino y escapar, dehacer los ultimos 10 minutos.
Ahora, mientras llego al cuarto, paso al lado del espejo y veo todavía las facciones congeladas de odio. Exhalo. Al apoyar mi cara sobre las manos la siento caliente y al cerrar los ojos me dan ganas de reaparecer en el medio del desierto, sola, antes que estar con vos. Los vuelvo a abrir y me doy cuenta que ya estoy ahi

Aura Serafina