martes, 12 de abril de 2011

Historias sobre ruedas

Ayer estaba andando en bicicleta, ya me estaba metiendo en terreno más céntrico lo que significa que tengo que frenar todo el tiempo porque aparentemente los peatones se hacen los boludos y no se mueven o caminan por la subidita de bicicletas (la mia), cortandome el paso. Si, la verdad que estando sobre mi bicicleta es como si me hubiera subido al pony y me dan bronca todo el que ande a pie. Los miro mal jaja... me re afecta por alguna razón. Es como si tuviera rabia contra algo y la descargo toda a los peatones.

Cuestión que estaba yendo a cambiar las cuerdas de mi guitarra, estaba a media cuadra de llegar al lugar cuando una madre y sus tres hijos me bloquean TODA la vereda, ellos venian frente a mi, me vieron y yo frené con esos frenos hechos pomada de mi bicicleta que me anuncian como si fueran una violenta bocina. Esperé a que pasaran todos, poniendo mi peor cara de mala para hacerles saber que el que se me cruza en el camino no tiene perdón. La ultima en pasar fue una nenita de unos 9 años que me tiró una mega sonrisa como diciendo: si, te ocupamos todo el lugar, perdón. Y esa sonrisa fue como una ofrenda de paz. Me pareció super tierno y simpático. Me fui sonriendo en mi bici... me causó gracia la situación y que fuera la nenita esa que se diera cuenta de cómo me sentía y me tiró toda su buena onda. Me causó todavía más gracia porque yo siempre le sonrío a extraños cuando los veo mala onda o tristes jaja.. y ese dia me lo devolvieron a mi :)

Ahora entiendo cuando dicen que las sonrisas son contagiosas

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